Una empresa intrigante, no solo por sus capacidades y productos, sino también porque es una especie de "ciudad de madera", en la que conviven las reglas económicas, la atención al entorno y el talento joven y el intercambio de valores y recuerdos…
Una empresa, un museo, una escuela, un laboratorio, un centro de estudios... Todo construido por la infatigable pasión de Tino Sana, que este año celebra su ochenta cumpleaños. Es él quien ha sido la fuerza impulsora, año tras año, de esta fortaleza de madera situada en Almenno San Bartolomeo, a pocos kilómetros de Bérgamo (Italia). Y sus cuatro hijos se han asegurado de perpetuar el crecimiento de este activo económico y cultural: Guido Sana, "director general" de Tino Sana; Gianpaolo Sana, director de ventas; Aurora Sana, responsable del museo, y Chiara Sana, que participa en el área administrativa de la empresa.
Estas son las cifras de Tino Sana: 160 trabajadores, una facturación de aproximadamente 35 millones de € en función de los pedidos entrantes y que, al estar vinculados a los buques y el trabajo contratado, puede incluso ser muy significativo. Una fábrica de 25.000 cuadrados metros, organizada de forma totalmente racional: alrededor de la zona en la que se procesan y transforman en productos semiacabados, dimensionan, chapan y cantean los paneles, y los dos talleres de carpintería en los que se dividen los diferentes tipos de trabajo - barcos / yates y hoteles. Las instalaciones también cuentan con un taller mecánico, en el que se fabrican las piezas de metal, y un departamento de pintura totalmente equipados con todas las tecnologías necesarias.
En Tino Sana se hace todo, desde paneles y tableros hasta el producto acabado y pintado.
Guido Sana nos recibe en la fábrica un sábado por la mañana. Tenemos mucho trabajo. De hecho, todos los departamentos están llenos.
"Lo que ven" nos cuenta, "es el resultado de los cincuenta años de compromiso de mi padre y nuestra familia. Los últimos años han sido bastante duros, pero hemos hecho todo lo posible para continuar trabajando con nuestros empleados y socios, un bien precioso, y responder a las necesidades de los clientes que siguen trabajando con nosotros.
Seguimos adelante y aquí estamos, haciendo lo que mejor se nos da: trabajar a pedido. Somos un grupo de artesanos con grandes destrezas manuales y reconocemos el enorme valor de la tecnología, cómo puede facilitarnos y agilizar ciertas tareas, además de ayudarnos a reducir costes. Tenemos máquinas para todas nuestras necesidades, porque todo lo hacemos en casa, por lo que tenemos que saber cómo hacer todo, desde puertas certificadas Rei para hoteles hasta el salón de baile de un crucero transatlántico, usando las tecnologías necesarias".
Puede parecer un desafío enorme, pero la familia Sana se siente muy tranquila al respecto.
"El 50 por ciento de nuestro trabajo está relacionado con el equipamiento de barcos, y el resto con hoteles y mobiliario para puntos de venta o espacios comerciales. Por ejemplo, trabajamos para Missoni o Panerai. Hasta la década de 1990, trabajamos con Armani, Trussardi, Ungaro... Hasta que decidimos centrarnos más en los barcos, el sector de la construcción naval, que es muy exigente. Ahora estamos ampliando de nuevo nuestro ámbito de trabajo, ya que es importante poder diversificar...".
"Principalmente, grandes cruceros transatlánticos, salones amplios, espacios comunes... Y todo a medida. En la industria se nos conoce por nuestra capacidad para hacer muebles a gran escala y el acondicionamiento totalmente a medida de grandes salas enteras, cuidando hasta el más mínimo detalle. Somos el lugar en el que se unen la experiencia del artesano y las ventajas de la industria, buscando maneras de utilizar las herramientas más modernas para producir piezas únicas.
Los ordenadores y la tecnología nos han sido de grana ayuda: hemos dejado atrás los tiempos del cincel y el plano... Fincantieri es una "referencia importante": la industria de la construcción naval italiana es famosa en todo el mundo. En los astilleros de Ancona, Monfalcone, Marghera o Génova, en los que estamos presentes, se producen los barcos más hermosos y grandes de los principales armadores del mundo. Y, tal y como ya he comentado antes, también están los hoteles, que constituyen una parte considerable de nuestro trabajo, pero sin duda alguna, son más sencillos y rápidos, en los que los pedidos se completan en 120 o 150 días".
"...hace muchos años que hicimos una elección clara, en el sentido de encargar la mayor parte de nuestras máquinas y nuestros sistemas a SCM Group. Llevamos trabajando con SCM desde que mi padre compró las primeras máquinas L'invincible, y la empresa ha colaborado con nosotros en muchos proyectos, incluso en nuestra escuela.
En la fábrica tenemos máquinas Gabbiani de dimensionado de paneles con carga y descarga automática y centros de mecanizado de anidamiento que compramos hace años. Creo que fue una de las primeras máquinas de "alta tecnología" que introdujo el grupo.
Tenemos una canteadora y encuadradora automática bilateral Stefani; una canteadora unilateral con retorno SCM Olympic S1000, muy compacta y automatizada; un centro de trabajo SCM "Pratix S"; un centro de trabajo Morbidelli “Author M400 con una mesa de trabajo automática e increíblemente rápida; una Morbidelli “Author X5 67 Evo”, de 2009, que continúa siendo perfecta para el mecanizado de grandes paneles, gracias a los siete metros de su mesa de trabajo; una lijadora Dmc "System" para el acabado; y muchas máquinas tradicionales.
Estamos muy contentos con estas tecnologías, tanto para trabajar con paneles de madera, como madera de primera calidad o materiales especiales para barcos".
"En 1984, a mi padre se le ocurrió utilizar parte del espacio libre de la empresa para exponer algunas piezas históricas.
Y tres años más tarde, en 1987, se fundó el museo. Una década después tuvimos que trasladarlo temporalmente para construir un edificio en el que pudiéramos exponer todo lo que habíamos encontrado: así es como nació la Fondazione Museo del falegname Tino Sana (Fundación Museo del carpintero) e inauguramos el nuevo edificio en el año 2000.
No todo el mundo comprendió y, he de reconocer que ni siquiera nosotros supimos apreciar totalmente, la importancia de la decisión de mi padre: no se trataba únicamente de recuerdos, sino de una inversión en la historia, nuestra historia, de elevar el perfil de la empresa, hacer cultura.
Hoy en día, es un museo reconocido oficialmente y a nivel internacional, que abre todos los días y cuenta con una colección de más de siete mil piezas, distribuidas en 3.500 metros cuadrados, además de otros 1.500 artículos que van rotando.
Estamos muy orgullosos del museo y es una parte esencial de lo que Tino Sana es hoy en día y de los valores que representa en todo el mundo".
Una de las fuentes de orgullo para Tino Sana es, sin duda alguna, su enorme, espléndido e histórico compromiso con la formación de los jóvenes, con una verdadera escuela que, en la actualidad, se encuentra en un edificio construido desde cero en menos de seis meses, financiada en su totalidad por la empresa.
"Queremos apoyar a la industria de la madera, que en nuestra tierra cuenta con una larga tradición", afirma Guido Sana. "Hoy en día, no hay demasiadas empresas industriales en el sector, pero sí hay más de 1.500 empresas dirigidas por artesanos".
Es un sector que, a pesar de los cambios sufridos, todavía tiene bastante fortaleza. Por ejemplo, el primer día de clase, todos los estudiantes tienen ya una empresa dispuesta a acogerlos para sus prácticas, que son una parte esencial de la formación. La escuela siempre ha contado con el sólido apoyo de SCM Group.
"Siempre nos ha gustado poder acompañar el desarrollo de esta institución", comenta Giovanni Gemmani, Presidente de SCM Group. "Hoy más que nunca, es indispensable poder capacitar a los artesanos del siglo XXI, personas que entienden de madera y de la oportunidad de trabajarla con nuevas herramientas, máquinas de alta tecnología que, de hecho, generan nuevas oportunidades de negocio en un sector en el que todavía hay mucho que ofrecer".
En la actualidad, la escuela acoge a un centenar de jóvenes todos los años, por lo que necesita contar con un espacio adecuado, lo cual explica la inversión de la familia Sana en el nuevo edificio.
"En estos momentos, tenemos 600 metros cuadrados, la mitad para el taller y la mitad para las aulas", continúa Guido Sana. "Además de las máquinas tradicionales, que adquirimos con la ayuda de SCM Group, la joya de la corona es el enfoque en las tecnologías más avanzadas, con una sala de ordenadores, cursos de CAD y la oportunidad de probar todo esto con un centro de trabajo de 5 ejes Morbidelli "Author M200" que SCM Group nos donó de forma gratuita, en calidad de préstamo para su uso".
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